Hay muchas razones para no lograr un orgasmo, sin tener que hacer sentir responsable a la pareja.

Recordemos que nuestras creencias y educación son factores que pesan y determinan en muchos casos el rumbo de nuestro futuro no solo en plano de lo sexual, el marco psicológico es en más del 90% de los casos el amenazante protagonista, la falta de información sexual, el sentimiento de culpa, nuestra propia neurosis, la mala relación de pareja actual o la pasada, sentir que es pecado, un origen de ambiente familiar alterado, el exceso de cansancio y tensión, eventos de la infancia, los sentimientos negativos hacia el propio cuerpo, problemas de autoestima y muchos, muchos fantasmas más…

Otras tienen su origen patológico y medicamentoso, pues hay enfermedades que afectan la respuesta sexual, así como los substancias que alteran la respuesta sexual.

Existen motivos de origen orgánico natural como son el embarazo, el climaterio ó la edad muy avanzada…

Y la más increíble en estos tiempos: ¡La mutilación de genitales!

Afortunadamente hay tratamientos reales para la anorgasmia, que desde luego se auxilian de terapias individuales, de pareja y el uso de medicamentos. Es básico darle la importancia que merece y si se tienen dudas buscar ayuda profesional para diagnosticar el origen y tratarlo adecuadamente.

Antes de llegar a eso, hay que poner interés y atención a lo que sucede con la pareja, en especial a la comunicación que tenemos y buscar el modo de desarrollar habilidades sexuales para incrementar el conocimiento e intercambio de las sensaciones de placer corporal y emocional en sí mismos y en pareja.

Es fundamental, eliminar las actitudes negativas y los prejuicios en torno a la sexualidad y al orgasmo. En otras palabras, buscar la sincronía…

Al menos una hora todos los días hay que dedicar espacio a la intimidad sin distracciones, compartir con la pareja estas prácticas ayudará a fortalecer su relación. Lo cierto es que todas las mujeres somos iguales y al mismo tiempo diferentes y como las cajas fuertes tenemos una combinación especial, por tanto necesitamos estímulos parecidos pero distintos en intensidad y lugar, con los cuales es muy fácil que logremos la tan deseada felicidad que a la mayoría de los hombres les encanta proveer.

Solo es cosa de ponerle interés...

Besos y cariños, Afrodita