Un amigo me dijo que cuando nos volviéramos a ver llevaría a una amiga que le había pedido ayuda para vivir la experiencia del trío por primera vez con él, yo lujuriosa acepté aún con más gusto dadas las condiciones de ella, debo reconocer que el solo saberlo me hizo que los cables se encendieran de modo diferente.

Pasó el tiempo y la promesa se volvió una realidad en la que le apoyé participando activamente haciéndola así más genuina, tanto que el evento comenzó en que yo fui la que se instaló y ya estando en posición vestida para matar le llamé para indicarle el número de la habitación en el Villas Patriotismo para que ellos me alcanzaran.

Él llegó eufórico de imaginar la fantástica aventura que nos esperaba, ella también se veía muy animada (por no decir muy excitada) resultó ser una de esas morenas con tipo de costeña ardiente, calculo que de unos treinta y tantos años muy bien arreglada. Nada de premios de belleza pero en términos generales para ser su ex secretaria estaba bastante guapetona.

Mi amigo, sin un ápice de malicia nos dejó solas un momento porque fue a buscar café al oxxo de enfrente, en esos minutos como era de esperarse ella trató de sacarme TODA LA INFORMACIÓN QUE PUDO SOBRE MI, lo cual me hizo pensar varias cosas sobre ella.

1.- Sentía algo especial por él.
2.- Probablemente era una de sus amantes más frecuentes o de las más importantes que además poseía cierta antigüedad.
3.- La combinación de los dos factores anteriores más haber sido su empleada la convertían en alguien potencialmente peligrosa para la vida personal de él.

Con lo que no contaba ella es que yo sería muy simpática hasta el grado de la estupidez, pero en el fondo mi segundo nombre sería Discreción Absoluta y no logró sacar un solo dato comprometedor de mis labios.

¡Me tengo que ir!
Perdónenme chicos… quisiera continuar pero el deber me llama.

Voy y vengo para seguirles contando, BesitosÂ… Afro!