Tengo que admitir que empezando por la palabra química ya me caía de peso el concepto, además de ser totalmente escéptica ante ciertas señales jamás creí que me sucediera a mí. Esto es más difícil que la lotería.

Al filo del medio día recibí una llamada de ALEX que con voz amistosa luego de sostener una charla amena me citó a una hora después de platicar lo propio. Cosas de la Ley de Murphy retrasaron a mi compañero, los minutos pasaban hasta que creí que se cancelaría pero más tarde volvió a llamar y retomamos el plan de vuelo, camino al lugar de los hechos le llamé para confirmar mi asistencia al evento y cosa rara no me contestaban en la recepción del recinto.

Pensé que era una mala señal, todo apuntaba a complicaciones futuras.

Asistí de igual forma pero ya con mis reservas, él me recibió amable y yo comencé mi ritual de instalación mientras platicábamos de chicas y fotos, de lo desagradable que puede ser el olor del perfume “dulce” de algunas mujeres, entonces sentí temor por el mío y me acerqué para que me oliera… Tras una cara de antojo concluí que le encantó, mientras nos besamos en ese instante lo inexplicable nos pasó.

Ese beso dio comienzo a algo inédito en mi vida pero como no quise admitirlo interrumpí abruptamente con el pretexto de irme a cambiar y enfriar mis ánimos ya exaltados.

Quedé sorprendida de su forma de besar, era como si me conociera de toda la vida, él parecía que estaba igual de desbordado que yo, sin una sola palabra de por medio el ritmo y los tiempos en cada intervalo resultaron los exactos, tierno… salvaje, intenso, todo a la vez… el calor subió a altas temperaturas y rápidamente después del agudo manejo de ambos entre cambios de ángulo y un baile que parecía que tenía todo ensayado acabamos empapados. Tumbados uno al lado del otro jadeando como quien termina un maratón con ojos muy abiertos entre suspiros dijimos mirando al techo los dos casi al mismo tiempo: ¡Que buen amante eres!

Platicamos un poco mientras sonreíamos de júbilo, un cigarro, música de fondo…

Su teléfono no dejaba de vibrar pero a la lejanía nos burlábamos de su insolencia. De pronto volvimos a entregarnos sin darnos cuenta una vez más, pero incomprensiblemente ahora fuimos más lejos, más intenso y más alto.

Como dos tontos nos quedamos mirándonos sin palabras para seguir la conversación un buen rato y aunque ya era tarde ninguno de los dos queríamos irnos, desafortunadamente él de forma accidental se trajo las llaves de su negocio, eso explicaba el comportamiento procaz su celular.

Tuvo que irse a toda prisa para atender el inconveniente. Antes de partir pudo articular casi al final que le encantó, solo tengo como referencia su comportamiento idéntico al mío para sostener que quedamos impactados.

Es casi un sueño pero yo estuve ahí.

Ahora sostengo abiertamente. SI EXISTE LA QUÍMICA, la Física y todas las demás materias que me enseñaron antes.

Besos hoy especialmente para ALEX.
Afrodita