Divagaciones... El Sexo y el virus, que Si da (General)
El VIH o virus del Sida, ha sido desde hace poco más de 2 décadas, tema de interminables discusiones y polémicas. Desde el hecho de su innegable existencia por un lado, hasta la férrea negación del mismo hecho.
En torno al VIH han surgido más dudas que respuestas, más problemas que soluciones y más esperanzas vanas que reales soluciones.
Aún recuerdo cuando, estando en la escuela, se empezó a tratar con demasiada delicadeza el tema, se hablaba de él veladamente y, mexicanos que somos, le inventamos una buena colección de chistes y mofas que nos desvirtuaban aún más, la de por si obscura y torcida realidad.
Entre los recuerdos que brotan de mi mente, estaba aquél comentario, que decía que todo era culpa de un mono (primate) maricón, que había sido salvaje y pasionalmente poseído por otro mono (homo sapiens) que no se aguantó las ganas de probar las delicias exóticas de aquellas africanas zonas (Ah!, porque además, era en África donde había empezado todo este asunto).
De haber sabido los gringos (nacionalidad que también era del famoso Sapiens) en aquella época, que el problema se originó en África, tal vez hubieran podido eliminar el virus (y e paso el hambre) con unas cuantas bombitas (atómicas).
La ignorancia era mucha, y a nivel infantil (si, alguna vez fui niño) la ignorancia era todavía más. Con los años, eso fue cambiando y, contrario a lo que se pensaba, no cambió para mejorar, sino todo lo contrario (como diría Dn. Luís, pero bien aplicado).
Con el tiempo, algunos secretos salieron a la luz, dando una iluminación rosada a la enfermedad o pandemia del siglo XX (o sea que, según los que se inventaron el nombrecito, se quedaron cortos, o nadie le avisó al VIH que ya estamos en el siglo XXI); lo cual era en extremo conveniente pues, si no te gustaba el arroz con popote, estabas a salvo.
Cuando nuestros afamados científicos (Científico = denominación moderna de alquimista contemporáneo) se dieron cuenta de su inexactitud, adicionaron a los grupos de alto riesgo a las sexo servidoras, quienes desde ese momento fueron colocadas en su correspondiente cruz, solo para adicionarles un estigma más a los que ya venían cargando.
No quiero decir con esto que ellas no estuvieran en riesgo, solo anoto que, decidieron culparlas por algo que, finalmente, ya estaba en todos lados (aunque aún no lo sabíamos oficialmente).
El tiempo pasaba, implacable, y ambas posturas (afirmacionistas y negacionistas) cobraban fuerza, cada una a su modo; la triste realidad es que, hasta finales del siglo pasado, lo único que se sabía es que era un virus (adelante explico el entrecomillado) del que la única certeza era que, no sabíamos nada.
Esto no era impedimento para que, en aras de una mejor lucha contra el virus se crearan fundaciones, institutos y aprovecharan su boom los reyes del hit parade, para poder morirse de la enfermedad de moda.
Si, hasta este punto, sueno como un negacionista, pero consideremos la información que en aquella época teníamos los simples mortales:
-Un virus del que no se conocía nada, ni su imagen
-Un virus para el que, a diferencia de cualquier otro virus, no se había encontrado forma de aislamiento
-Un virus para el que no existía vacuna, debido a los 2 puntos anteriores
-Un virus que no mataba (ni mata), pero que hacía que te murieras de todo lo demás.
La realidad es que era difícil aceptar su existencia, es más, podía considerarse un verdadero acto de fe considerar que ese microscópico y escurridizo bicho, pudiera ser causante de tantas calamidades.
Ello, lo único que logró fue que los llamados negacionistas cobraran mayor fuerza, ayudados por los primeros medicamentos (Antiretrovirales, es tan complejo el nombre, que muchos ni siquiera saben para que sirven), que eran un auténtico cóctel de químicos que mermaban (al menos en apariencia) aún mas al individuo.
Ello dio pie a que se generaran las famosas teorías de los complots de las farmacéuticas, aquellas que habían inventado la existencia de un virus, para enriquecerse vendiendo medicinas que mataban. A mi modo de ver, el argumento es tan absurdo, que debió ser desechado antes de ser concebido, pero la realidad (tan diferente de mis criterios), es que provocó una oleada de manifestaciones a favor de la No existencia del virus, que persiste hasta hoy.
Lo que me lleva, después de la pequeña retrospectiva, a revisar el mundo del Sida, hoy.
Un mundo donde unos siguen diciendo que no existe, pero no aportan pruebas reales de lo que dicen.
Un mundo donde otros afirman que por fin, el bicho le sonrió a la cámara y muestran fotografías que, a personas ignorantes en el tema (como yo), no les es fácil determinar si en verdad es que el ángulo del bicho no es el mejor, o es una foto de mi suegra acabada de levantar.
Un mundo donde los hay que afirman que viven mejor sin su cóctel matutino, y quienes afirman que viven mejor con él. (Si lo analizamos, hay quienes viven muy bien sin fumar, yo no coordino antes del primer cigarro)
Un mundo, donde los grupos de alto riesgo (realmente) son todos aquellos que no han optado por el celibato, que se han hecho algún tatuaje, perforado alguna parte del cuerpo, que han requerido de sangre, o que, simplemente, no esterilizaron la jeringa antes del piquete; Eso, si lo analizamos, es un mundo de gente, lo cual significa que todos estamos en riesgo (ok, casi todos)
Pero ¿en riesgo de qué>
Las cifras pueden parecer alarmantes, al hablar de que, al cierre del año pasado, había estimados poco más de 39.5 millones de casos de VIH declarado, con un incremento en el año, de poco más del 11% en relación al 2005. También por el otro lado, se registraron 2.9 millones de muertes en 2006.
Cifras alarmantes porque, con un incremento de ritmo 11% anual, el crecimiento exponencial para los próximos 10 años, sería terrible, casi 102 millones de enfermos.
Es más alarmante, desde cierta perspectiva, que haya más infectados que muertos, pues también significa que la pandemia sigue creciendo.
Por otro lado, menos muertes significan avances en contra del virus, y, si se quiere ver en forma por demás simplista, 39.5 millones de seres humanos, no representan ni el 1% de la humanidad (estimada en poco más de 6,000´000,000)
Números, cifras, estadísticas, datos, nada de eso es importante al final del día si, después de todo, lo que aparentemente nos preocupa es, si existe o no el bicho malvado.
El punto no es si el virus existe o no, tampoco lo es si las medicinas hacen rico a alguien, o alguien se hace rico con los medicamentos. Lo importante no es si sonrió para la foto, o la foto es de la tía Espergencia.
Lo importante, según lo veo, es que hay 2 hechos que no podemos negar:
1.- Hay gente muriendo. Permítanme ser más claro: HAY GENTE MURIENDO AQUÍ, AHORA, EN ESTA CIUDAD, EN ESTE PAÍS, EN ESTE PLANETA.
No en un mundo paralelo, no en una realidad alternativa, sino AQUÍ
Me gusta pensar que se ha avanzado lo suficiente como para saber qué es lo que está matando a la gente, me gusta pensar que, si sabemos qué los mata, en un futuro no muy lejano, ya nadie más morirá por esa causa, pero entre tanto,
2.- La única manera de mantenerse razonablemente a salvo, es la prevención, la precaución, la higiene y el cuidado. No como factores aislados, sino como parte integral de un todo que incluye, pero no se limita a:
-Uso de condón (mientras no se pueda demostrar fehacientemente que no se pega por coger, mejor usarlo)
-Exámenes regulares (sobre todo si hay prácticas de riesgo)
-monogamia (aja, sigue soñando knito, sigue soñando) No la fomento ni la promuevo (al rato me van a acusar de moralista), pero ciertamente es un método preventivo.
Hoy por hoy, las discusiones se centran en si el virus mata, si el virus existe, si el virus come, si el virus duerme, hoy, el virus se ha vuelto toda una celebridad (solo le falta aparecer en MTV). Yo creo, que, entre si son peras o manzanas, si existe o no, si es un virus o el estrés el que provoca la falta de defensas, si los medicamentos sirven o matan más rápido, etc. Lo mejor es prevenir, lo mejor es cuidarse, y lo mejor, es cuidar a nuestras familias a través de cuidarnos a nosotros mismos.
Dejemos que nuestros flamantes alquimistas encuentren una cura (que luego puedan vendernos), una vacuna, un pesticida, un algo que nos permita vivir tranquilos
hasta la siguiente pandemia.
Reciban Cordial Saludo
S.S.
K9




