En Lima nunca llueve, me dijo Don Juan, quién muy amablemente fue por mí al aeropuerto. Ibamos en el automóvil y te marqué, estabas dormidita.
-Mmm Alo>...,
-Soy yo
-Ya llegaste Papi>...
- No, me dejo el avión
-Dios guarde, y ahora pasaré la noche solita>
-Si, que remedio.
-Papi, si vieras el vestidito que me compre, para ti
-Como es Mi Lady>.
-Chiquitito de gasa negra con rosadito y el hilo es transparente. Como te gusta
-Como me gusta>.
-Si chiquitito y que deja ver que estoy afeitadita… Papi, llegas mañana>..
- No
-Como no vienes>...
-Estoy tocando a la puerta.
-Pero usted va a saber, mira muchacho malo que jugarme así la broma. Jajaja que vacilón.

Abres la puerta y en efecto te miro vestida de sexo en la penumbra. –Entra al baño, que el botones trae las maletas. Huy Papi, que vergüenza (esos tus rasgos de pudor me deleitan). –Pase joven, déjelas aquí, -buenas noches. –Buenas noches.

Mi boca está en los pliegues de tu sexo, el aroma es suave y natural, estás recién bañadita y tu miel que escurre es realmente dulce. Con la lengua froto todo el derredor y la base del ano, es rosita y muy suave.-Papi más arribita, así, siga que rico. Con ambas manos sostengo tu cadera mientras mi rostro completo esta dándote esta caricia. -Hay que rico me mama..Ahhh, Ahhh. –Venga métame toda su picha, que me tiene loca. –No, déjeme que yo me monte solita. Me colocas boca arriba sobre la cama y elevandote conduces la punta de mi verga a tu abertura, tallas suavemente la cabeza con tu clítoris.
Y te sientas, rápidamente, húmeda, resbalando sin detenerte hasta la base.- Papi, como lo extrañaba, como me gusta todo lo que me haces y tu picha tan sabrosa. Ahora te recuestas en mi pecho, siento el roce de tus pezones erectos y mueves la cadera, primero lentamente y después en frenesí. Nuestros labios se unen en ese largísimo beso, no paras de moverte, tienes el control total de la embestida, ahora aceleras, más rápido, sin dejar de besarme entreabres la boca para jadear, con ambas manos te atraigo hacia mi, te doy con toda mi fuerza, me haces terminar, voy a gritar. Mami!!! Que me vengo…

QUANTA sabía que en Lima nunca llueve, excepto la humedad de tu dulce vulva de canela...