Querida tía de Acapulco.

Oootra vez por aquí, ¿cómo ha estado> Lo primero es que ya entendí… ya no voy a rollar tanto en mis cartas e iré directamente al grano; pero tampoco me salga con que se queda dormida leyéndome eh> Ni que fuera para tanto, (Dijo la viuda al doctor)

Pues pasa sucede que todo es culpa de mi amigo Bengalie. Ya le conté que el otro día nos juntamos para echarnos unas copas con Kenia y Yarenca, y más tarde para echarnos las copas DE Kenia y Yarenca.

Pues desde ese día, el Benga quedó prendado de Kenia, pero grueso ¿eh> y no hablaba de otra cosa; así que para que no se clavara, le presenté a Dafne, y resultó peor: ahora quedó enamorado de las dos!... y lo más particular es que no paró el condenado hasta presentarlas entre sí, y lograr –no me pregunte usted cómo- que se hicieran amiguitas. Así como le cuento.

Claro, el Bengalié se dio un atascón de antología con Kenia y Dafne por separado, y luego juntitas. (las reseñas de los tres encuentros se las adjunto, o puede encontrarlas en el sitio de BD; espero que mis primos ya le hayan desbloqueado el “firewall”)

Y yo, como el chinito: “Nomás milando”. Así que decidí probar en carnes propias las razones por las cuales el Bengalíe anda como burrito en primavera por estas dos amiguitas.

La primera fue Dafne.

Muy amable acudió puntualísima al económico Hotel Monarca (no recomendable (el hotel (No Dafne, ella sí es recomendable (Cuánto paréntesis (Es mejor anidarlos))))) y llegó muy linda de jeans y blusita… plática y platica. La pasé y continuó plática y platica, es bien simpática y ocurrente esta Dafne. Mientras estaba ella plática y platica, pues yo comencé a explorarla muy quitado de la pena, y ella plática y platica.

Dafne es una niña muy linda: esbelta, altura mediana, pelo largo, no exageradamente curvilínea, pero muy lindas pompis. Tiene un cuerpo agradable, y una cara sensacional: la ves y te cae bien. Así de simpática es Dafne. Ella seguía plática y plática. La desvestí, la acaricié, la toqué… (Está bien rica, tia!!) tiene una boca grande y sexy.. y yo me pregunté… ¿Qué otra cosa, aparte de platicar, puede hacer esa boca> y me calenté. Y ella: plática y plática…

Que le planto un beso. Dafne dejó de platicar. ¡Vaya! Maté dos pájaros de un tiro (y reviví otro) ella dejó de platicar, y pudimos retozar a gusto. Oiga tía... no vaya a pensar que Dafne es una parlanchina irredenta, al contrario, es bien simpática y por eso su plática es muy agradable. ¡Pero yo quería hacer otras cosas!

Esa boca de Dafne, tía, es sensacional. No solo platica muy divertido, sino que besa delicioso y es muy creativa con el uso de sus labios y su lengua. Yo creo que sí nos alcanzamos a prender, por que cuando dejé de besarle la boca para pasar a besarle otros atributos más abajo, no retomó la cháchara, sino que ya nomás salían gemiditos, y alguna que otra indicación puntual y discreta sobre mi propio desempeño. Luego mi fiel amigo pudo apreciar el talento de la boca de Dafne y quedó también muy complacido. Eso sí, antes lo habíamos enfundado en un globito para que no saliera con su domingo siete. Quedó muy mono, a punto de turrón.

Mi fiel amigo se dio un gusto tremendo cuando lo dejé meterse a explorar la rica cuevita de Dafne. Espero que haya usado esnórkel, por que ella estaba bien mojadita. Como que no se decidía, por que entraba, y luego luego se salía. Lo empujaba, y quería salirse. Cada vez se ponía más rejego, por que por más fuerte que empujara, al rato quería salirse. Se hinchó el condenado del puro coraje. Cambiamos de posiciones, y ni así. Fue una batalla cuerpo a cuerpo que duró casi toda la hora acordada, pero yo no lo quería dejar salir, hasta que al fin, logramos que el condenado “mini-me” se rindiera, no sin
antes habernos proporcionado a Dafne y a mí un delicioso orgasmo.

Así las cosas, tía, Dafne es una muchacha linda, traviesa y sexy, y muy, pero muy simpática, de esas que te hacen sentir bien a los cinco minutos de conocerla, aunque estemos encuerados y en la cama. Yo creo que sí nos hacemos amigos. (mm… ¡Qué boca!)

KENIA

“La verdad la verdad, a mí me encanta coger”… fue lo primero que recuerdo de Kenia cuando tomábamos una copa en el bar. Comprenderá usted, querida tía, que tan sutil comentario no pasaría desapercibido por alguien tan perspicaz como yo; pero no pude explorar las implicaciones del dicho de Kenia sino hasta varios días después, ya que en esa velada fue Bengalie el ganón, con las consecuencias ya relatadas.

Pude citarme con Kenia finalmente ayer, no sin antes mandarle muchos recaditos de que ya la tenía yo entre ceja y ceja, de que no se me iba viva, de que me latía un tren, etc. Así que cuando llegó, no tenía duda de mis intenciones. Ni falta que hacía, por que ella es más caliente que yo. Y eso, es ya decir bastante.

Ya le mandé las fotos de Kenia, ¿verdad> Son fantásticas. Su piel blanquísima, ojos verdiazulados y un cabello cortito color “rojo-pasión-me-vale-madres-lo-que-diga-la-gente” sensacional. Es imposible no verla. Tiene cara redonda como de niñita traviesa. El cuerpo de kenia no tiene nada de niñita: Unas piernas fabulosas, y unas pompis deliciosas y acolchonaditas. No es delgada, gracias a Dios, cero panza, su cicatriz de mamá, (Por cierto, Dafne me dijo alguna vez que cuando les tomaron fotos, ella dijo: “Yo quiero una cicatriz como todas las demás!”, jaja!... yo no tengo ningún problema con las cicatrices de mamá.) ¡Ahh¡ y unos pezones verdaderamente alucinantes que coronan sus muy breves, pero redonditos pechos.

Pasamos sin mucho trámite a la cama. Yo me acordé de esa frase de Kenia “me encanta coger”, y pude comprobar que la misma tenía alcances muy particulares.

Me explico: Cuando te citas con alguna amiguita de retoce, es de esperarse que te ofrezca un servicio rico y agradable, que se aplique en su trabajo y te haga sentir bien, de eso se trata este juego. Sin embargo, en algunas ocasiones podemos advertir que el servicio como tal pasa a segundo plano, y te encuentras haciendo el amor. Pues eso mismo me pasó con Kenia, ¡pero desde el principio!.

Frases como “Me gusta que me hagan esto”, “Asi..”, “Más fuerte”, “Espérate por que luego quiero que hagamos tal cosa”, “Házmelo de esta manera”.. “Nooo, así no por que me vengo”… “¡Espérame… todavía no!” “Ya bésame, ¿no>”… “Quiero terminar en esta posición por que es la que más me gusta”… son perfectamente naturales en el mundo del sexoservicio… cuando es el cliente el que las dice. Pero, ¿cuando es LA CHICA la que te las dice> ¡Toooing!... se le mueve a uno el tapete… cambian los papeles, y si uno es alivianado, la cosa se pone mucho más interesante. Pues así sucedió con Kenia. Todas las frases anteriores las dijo Kenia y no yo. Y algunas otras más que no pongo aquí por que me censuran. Y ¿sabe que tía> ¡Me encantó el cambio de papeles!... A kenia le gusta de todo, y hace de todo y bien hecho, excepto el asterisquín, que como usted bien sabe, no está en mi menú, no sé si en el de ella.

Todos mis ancestros observaban desde el más allá mi desempeño; y yo no podía dejar maltratado el nombre de la dinastía de los ArturH, así que me apliqué a fondo usando toda mi experiencia de hombre casado, para complacer a Kenia.

Mucho me temo que no lo logré a cabalidad. ¿Por qué lo sé> Pues por que se lo pregunté a ella y con toda franqueza me dijo que casi casi… pero nop. Pero que cree… ¡Que yo disfruté enormemente mis propios esfuerzos!

Y de esta manera, aunque obtuve una pobre calificación de 6, casi tirándole a 7, yo quedé exhausto, y tembloroso, esperando que la próxima vez –por que segurito habrá próximas veces- mejore mi promedio. ¡Esto es un reto!

Bueno, querida tía, me retiro por hoy, con mis disculpas por que, de nuevo, no cumplí mi promesa de ser
breve. Pero ni modo, si llegó hasta aquí, es que sí le gustó!!... A mí también.

ArturH (Alfa_victor@hotmail.com)