Saludos amigos foristas. En esta ocasión me toca reseñar el mito que me ha tocado en suerte develar. El plan A fue perseguido durante algunos días y la única vez que se localizo pidió que se le llamara más tarde, para después ser ilocalizable nuevamente. Ante la premura del tiempo, procedí a localizar al Plan B: Alana, quien aunque con dificultades, pudo ser ubicada y citada para comprobar su servicio.

La primera sorpresa fue que el objetivo fuera de nacionalidad Brasileña (la verdad pensé que era argentina), lo que note desde el momento de responder la llamada, en un español bastante bueno, pero con el clásico acento tan familiar para su servilleta. Se portó bastante amable y con buena disposición en ese primer contacto. Me proporcionó los pormenores del servicio y en ese mismo momento pactamos la cita en la mítica cancha del Pasadena, misma que no utilizaba desde hace varios meses, pero es sin duda un verdadero clásico de estas aventuras.

Pues llego a la habitación, me instalo y llamo a la niña para hacerle saber el número de habitación y… ¡en la madre!... no contesta el nextel… otra vez, ¡carajo!, va de nuez… ¡me lleva la ch…!... ¿a poco me la va a aplicar>... en fin, como al sexto intento, recibo respuesta y queda en estar conmigo en 20 minutos (ufff, cerca la bala). Comienza la paciente espera, ella llama para verificar que efectivamente me encuentre en la habitación, todo en orden y continúa la espera durante unos 35 minutos, hasta que se escucha su llamada en la puerta de la habitación.

Al abrir la puerta me encuentro con una mujer muy guapa, de ojos azules, alta (como de 1.70 mts. aprox), de figura esbelta pero muy bien formada (ataviada de jeans pegaditos y blusita negra bastante sexy). La actitud es buena, bastante amable (pero sin duda se extraña la bienvenida “brasileña” a la que nos han acostumbrado, ni pex), una breve plática casual y me pide su “regalito”, se lo entrego y acto seguido comienza la acción.

Comienzan los besos, de piquito al principio y un poco mejores después, pero sin llegar a ser nada del otro mundo, el cachondeo es bastante rico, no podría ser de otra forma con una mujer tan bella, pechos de tamaño ideal, bastante firmes, muy ricos, nalgas y piernas sin duda alguna brasileñas, formidables, para comerselas a besos y mordiscos. Alana se dispone a conocer a Lovecraft, le pone el impermeable y comienza con un oral bastante regular (nada memorable) y mejor le pido que se monte para comenzar a cabalgar un rato. Esta fase estuvo bastante bien, el ritmo lo llevan en la sangre estas niñas, un sube y baja muy rico, mientras yo me entretenía nuevamente acariciando y besando esos formidables pechos. La situación se ponía intensa, así es que pedí un cambio de posición para terminar de perrito, para poder disfrutar de su lindo trasero y su breve cintura, bastante grato el momento. Después nos quedamos recostados un rato, con algunas caricias mientras platicábamos, para finalmente ir a la ducha, vestirnos y dar por terminado el encuentro.

Calificaciones y conclusiones:
Puntualidad: 8
Actitud: 8
Cara: 9
Cuerpo: 10
Oral: 7
Sexo: 8

El encuentro en general lo calificaría de bueno, a secas (a falta de clan… tortillas).

¿Repetiría>: La verdad creo que la relación costo beneficio no es óptima, un costo de $2,500 por una sola relación me parece excesivo, pero por el servicio en sí mismo y por la belleza de Alana, yo creo que si repetiría.

Espero que la reseña sea de utilidad y haya cumplido con mi honrosa encomienda. Saludos a todos mis colegas cazadores y a mis amigos foristas. Nos leemos pronto.

Lovecraft.